Sin lugar a dudas, la experiencia laboral de un candidato será clave a la hora de que la empresa que quiere reforzar su plantilla con nuevos trabajadores lo tengan en cuenta para el puesto o no. Según la experiencia profesional que tenga estará más cerca de conseguir una entrevista de empleo, el paso previo a la contratación; razón por la que la experiencia laboral es uno de los tres pilares sobre los que se sustenta cualquier buen currículum. Pero para que sea efectivo hay que saber cómo redactar la experiencia laboral.
En este apartado debes plasmar claramente la experiencia profesional que tienes relacionada con tus estudios o con tu formación, pero también con el sector profesional en el que has trabajado en un ámbito laboral que esté más o menos relacionado con el negocio al que se dedica la empresa a la que envías el currículum. Además de mencionar el puesto de trabajo en sí hay que citar las fechas de inicio y final, el nombre de la empresa y, si es posible, las funciones y tareas de las que te ocupaste en ella.
¿Dónde va la experiencia laboral?
Lo primero de todo es saber dónde poner la experiencia profesional cuando vamos a redactar el currículum, y aquí tenemos dos opciones. Lo habitual es que la experiencia aparezca en tercer lugar, tras los datos personales y la formación académica, pero también puede aparecer en segunda posición, entre datos y formación. Cuando creas que la experiencia es algo especialmente importante de cara a una oferta de empleo puedes situarla antes de la formación, dándole ese plus de relevancia que de otra forma quizá no tendría.
Cómo redactar la experiencia laboral
Hay varias formas de hablar de nuestra trayectoria en el currículum, pero si quieres destacar tu experiencia laboral en una empresa debes utilizar la fórmula Nombre de la empresa-Nombre del puesto-Periodo de trabajo, añadiendo a continuación una pequeña descripción de las funciones que desempeñaste y de los logros obtenidos durante ese tiempo. Hay que ser precisos y sintetizar, así que indica mes y año en las fechas y omite frases o estructuras que no aportan nada y ocupan espacio, como “realización de tareas propias del puesto”.
Otra cuestión importante es utilizar un orden cronológico o cronológico inverso a la hora de reflejar nuestra experiencia en el currículum. El currículum cronológico, desde nuestros inicios hasta ahora, es el más habitual pero cada vez son más las empresas que prefieren un currículum inverso, en el que lo primero en aparecer es la experiencia profesional más reciente, que también es la que despierta más interés en la empresa que te va a contratar.
Cada modelo tiene sus fortalezas y debilidades. Ambos tienen una importante estructura que ofrece al reclutador una lectura fácil y comprensible, y el currículum cronológico demuestra nuestro progreso en el mercado laboral. Sin embargo, destacan las inactividades, cambios de trabajo o la falta de ascenso o reciclaje. Del currículum inverso ya hemos dicho que nos ayuda a destacar las experiencias más recientes, pero también puede reflejar periodos de vacío en nuestra carrera.
El currículum para candidatos sin experiencia
Siempre hay que incluir el apartado dedicado a la experiencia laboral en el currículum, lo que puede ser un gran hándicap para un colectivo, el de los trabajadores, generalmente jóvenes, que buscan su primer empleo y que lógicamente no cuentan con ninguna experiencia en el mercado laboral. Está claro que en un currículum sin experiencia primarán cuestiones como la formación o las habilidades del candidato, con las que intentará suplir esa falta de experiencia ante el reclutador, pero nunca podemos omitir esta parte imprescindible del currículum.
Quizá no tengas una experiencia laboral al uso, pero seguro que a lo largo de tu formación tuviste que superar un periodo de prácticas. Aunque por desgracia no siempre son remuneradas, las becas y periodos de prácticas pueden contabilizarse como experiencia profesional a la hora de redactar el currículum, en especial si no tenemos otro tipo de experiencia. Para ello también nombraremos a la empresa, el periodo por el que hicimos las prácticas y hablaremos brevemente de nuestra responsabilidad durante esos meses de formación en la empresa.
Si has realizado actividades de voluntariado también puedes hablar de ellas en este apartado. Es una cuestión que cada vez tiene mejor recibimiento por parte de las empresas, y aunque no siempre esté directamente relacionado con tu formación o el puesto de trabajo al que optas dice mucho de ti, y es otra experiencia más. Recuerda que jamás debes saltarte la experiencia laboral, ya que entonces estaremos ante un currículum incompleto que tiene todos los números para acabar en la pila de descartes o en la basura.